
En la región del Magdalena, el paraco se refiere coloquialmente al enredo o la maraña. También es la estructura construida por avispas, cuya presencia en las zonas rurales logra ahuyentar a todos los seres vivos a su alrededor de solo pensar en las consecuencias de perturbar su fingida pasividad.
En el contexto socio-político colombiano, la palabra paraco se refiere al Paramilitar, individuo perteneciente a una organización armada ilegal de extrema derecha que defiende intereses privados que poco o nada tienen que ver con el bienestar de la comunidad. Extorsión y violencia son su común denominador, y de la misma forma en que los avisperos amedrantan la quietud de sus vecinos, los grupos paramilitares inquietan con su presencia a los habitantes de las regiones víctimas de este fenómeno. Es entonces cuando el desplazamiento se presenta como única opción para los pobladores de estas zonas en conflicto; deben dejar sus tierras y sus pertenencias para escapar de la sombra de la muerte que persigue a estos grupos al margen de la ley.
Paracos es una instalación de 12 avisperos orgánicos intervenidos con tintas y pinturas acrílicas para trazar mapas de cada una de las 12 regiones afectadas por el fenómeno del paramilitarismo. Es una obra que habla sobre el desplazamiento forzado al que se ven sometidos los pueblos, del temor que se vuelve parte de la cotidianidad en estas regiones, y por supuesto de la violencia que parece no tener fin en la Nación Colombiana.
Juliana Durán M.

















